historias de fin de año
hace mucho tiempo (en realidad no tanto) había un país en donde cierto tipo de diversión (digamos los fuegos artificiales) estaban prohibidos por considerarlos inseguros. es decir, nadie los podía comprar o vender y no estaban regulados.
por supuesto, en este país nadie respetaba eso y todo el mundo compraba sus fuegos artificiales. y la venta era tal que se hacía muy fuerte en ciertos lugares (el mercado central por ejemplo).
bueno, hubo un momento en que la falta de seguridad, el huir de la ley y quizás el exceso de confianza (y bueno, otras varias cosas que no voy a enumerar) provocaron un incendio que mató a muchísimas personas. y claro, en dicho país aún no encuentran culpables, varios afectados siguen sin ayuda y todo el mundo ya se olvidó.
la solución inmediata fue prohibir los fuegos artificiales en serio. persiguieron a los fabricantes, confiscaron toneladas de ellos y de por sí los ciudadanos dejaron de comprar porque aún tenían vivo el recuerdo del incendio. por supuesto quedó en eso porque nadie (o sea el gobierno) no se preocupó en fiscalizar, ordenar y permitir los cohetes con ciertas (diversas) medidas de seguridad.
y acá (digo, en ese país) somos (son) buenos para olvidar.
entonces desde hace un par de años el consumo de cohetes, cohetecillos y rata blancas se ha multiplicado considerablemente. en navidad hubo una cantidad terrible.
entonces, un pronóstico (y de verdad espero equivocarme) es que en 10 años o menos habrá otro incendio, muy parecido al anterior. y el ciclo se repetirá una y otra y otra vez.
de verdad espero equivocarme.
r.e.m. - electrolite
quizás podría empezar por dejar de comprar cohetes. quizás.