viejo

empecé el día en la cola del baño de un hueco barranquino. mientras esperaba una chica se acercó y me dijo "debes andar pescando gringas porque ni me miras".

el poco alcohol en la sangre, la poca motivación y las circunstancias impidieron que le siga la conversa. no estaba tan alegre, pero tenía que estar ahí. después de entrar al baño y estar en la mesa con el grupo tomando unas chelas y escuchando reggeaton me fui. luego de una pasada por un casino (debut y despedida) llegué a mi casa relativamente temprano.

aprovechando que mi hermana llegó casi conmigo y que mis viejos habían tenido una reunión también en casa, le di el regalo correspondiente.

me fui a dormir. realmente no me emociona el día del padre o el día de la madre. pero a ellos sí, y es por eso es que les doy el regalo, porque se alegran. porque de una u otra forma veo su cara de orgullo. porque es bueno despertarte y ver que tu viejo se ha puesto la camisa que le regalaste y la chompa que le diste el año pasado. quien dice que los hombres no pueden usar lila.

mis viejos están preocupados por mí. lo veo en sus caras. lo siento cuando me hablan. yo, más que preocupado, estoy ansioso. pero ya tomé la decisión, y así no sea buena a corto plazo, estoy seguro que lo es a largo plazo.

el domingo pensé en escribir acerca de mi viejo. la verdad es que suponía que mucha gente lo haría. sin embargo el día de la madre nunca es tan conocido, publicitado y celebrado como el día del padre. en mi caso son iguales. mi vida no sería la misma si faltara alguno de ellos.

mar de copas - la máquina del tiempo