martes, marzo 08, 2005

feminista

Ella tiene 21 años. Cree ser inteligente, independiente, liberal y cuero. Él tiene 25 años, y es alto, fuerte y con pretenciones musicales medio romanticonas. Están juntos días, semanas, meses y hasta años. Hay costumbre de por medio y también algo de amor.

Ella lo adora, lo ama, lo quiere. Él dice lo mismo. Por eso no entendía sus llamadas con cierta frecuencia. Poco a poco fue soltando prenda. Aunque los comentarios eran bastante melosos, me gustaba conversar. Pero me incomodaba escuchar la dependencia que se había generado después de estar tanto tiempo juntos y pasar un gran porcentaje de esos años juntos. Ella dependía de él.

La noté algo rara una noche. Me contó que habían discutido. Que la discusión fue más fuerte que las anteriores. Que él la cogió del brazo, la agarró fuertemente, la jaló con algo de furia. Ahora tenía marcas que ocultaba con una chompa en pleno verano.

Definitivamente me preocupé. Le pedí que tenga cuidado, mucho cuidado. Que ese tipo de cosas no podían pasar bajo ningún motivo. Ella lo defendió, diciendo que fue solo una reacción. Que cuando uno ama a alguien tiene que amar todos sus defectos. Que el nivel en el que estaban era algo superlativo. Le dije que no tenga miedo de llamarme para contarme algo.

Me llamó esa noche. Estaba llorosa y no contenía las lágrimas. - Ha terminado conmigo - fue lo primero que me dijo. Le dije que lo lamentaba y le pregunté que fue lo que pasó. Me dijo que quizo forzarla a acostarse, que ella se negó y el resultado fue un golpe. Luego la dejó sin dinero en la calle y cuando llegó a su casa, tan solo atinó a llamarme.

No lo podía creer. Le dije que no tenía que llorar porque hubiera terminado con él. Que llorara de rabia por los golpes que recibió y por perder tiempo con tamaño hijo de puta. Me dijo que tenía razón y le propuse juntarnos para conversar al día siguinte.

Al día siguiente la llamé al celular un par de veces. Como no contestó, no fui al lugar donde habíamos quedado. Cuando tarde en la noche me contestó, le pregunté porque no me había contestado. La respuesta fue absurda. Él tenía el celular porque habían regresado. No lo podía creer y colgué.

Es una lástima que ella no sea nada de lo que pensaba que era. Inteligente, independiente, liberal y cuero.

Viene envuelta en cristal
Pasa a la orilla del mar
En mi cabeza tengo arena no me deja pensar
Brilla tu flor primaveral
Feliz día de la mujer, aunque nunca lo entendí.

15 comentarios:

malaputa dijo...

Normalmente, cuando llega la primera hostia ya casi se está al final del camino. El caso es abrirle ahora los ojos, antes de que sea demasiado tarde...
Lo siento mucho.

Scavenger Bride dijo...

'pasa hasta en las mejores familias'y es una lástima.

Anónimo dijo...

Eso demuestra el conformismo tan inmerso en nosotros. Nos quedamos con lo malo conocido (que nos hace daño), no nos respetamos mismos y tenemos miedo (dejando de lado las poses de independencia y liberalidad) de buscar la verdadera independencia lejos de un sub-mundo tan arraigado y autodestructivo.
Feminismo, machismo son sólo etiquetas y comportamientos autoimpuestos que conducen irremediablemente a la desunión y la intolerancia.

William of Baskerville

Rolando Escaró dijo...

las relaciones son asi de complejas, lo peor es que ese tipo de situaciones serán muy frecuentes. triste

geek dijo...

Es increible hay cierto tipo de mujeres que si las tratas bien creen que estas escondiendo algo, que las engañas y las tratas bien porque ocultas algo! es INSANE, sera que les gusta que las traten mal?

en fin, pobre chica ojala habra los ojos antes de que se llene de hijos

diego dijo...

si uno se deja pisotear a la primera, quedarás pisoteado toda tu vida.
nunca las relaciones deberían ser así de complejas

edu dijo...

depende de ella, mano. como dices, uno es pisado mientras deje que asi sea. ojala las cosas mejoren (lease "ojala deje al cabron madafaka")

malaputa dijo...

Me parece que el problema no está en que ella no sea tan guay como pensabas, el problema está en que tiene un novio hijo de puta que la ha ido destrozando hasta poder permitirse el lujo de pegarle. No es que las relaciones sean difíciles, ni que a las mujeres les guste que las traten mal, ni que ella sea menos inteligente, es un problema social.

Lo más seguro es que ese hijo de puta la tiene tan anulada que no es capaz de ver que no se merece algo así, que no merece alguien así. A eso me refería con mi primer comentario.

Me parece que si tienes algo de aprecio a esa chica deberías estar a su lado y no pensar que te ha decepcionado. Todos podemos caer en esa trampa.

Flavio dijo...

Concuerdo con el comentario de malaputa. Y sí, pues, sucede a cada rato.

diego dijo...

es inevitable la decepción.
y aparentemente tengo prohibido el acercamiento a esa chica bajo pena de golpiza.
nadie se merece eso, nadie

RUFUS dijo...

muy buen post

Arturo dijo...

La inseguridad es algo muy arraigado en la naturaleza femenina y aunque parezca contradictorio ellas mismas retro-alimentan sus propias dudas, temores y fantasmas. Si uno les ofrece demasiada seguridad entran en sospecha.
Lo innegable es que el tipo no la respeta.

malaputa dijo...

Arturito, eso es como decir que la "hijoputez" es inherente al sexo masculino. Ahora sólo falta que salga a relucir la envidia del pene jajajaja

diego dijo...

como nos llegan los sabelotodo no malaputa?

malaputa dijo...

"sabelotodos"... jajaja